miércoles, 20 de febrero de 2013

La crisis económica del fútbol español

Si no recuerdo mal pronto hará tres años del día en el que acudí a la universidad Abat Oliba CEU para ver la presentación que el profesor Gay de Liébana hacía de su estudio sobre el fútbol español. La conclusión principal del estudio era que "el modelo del fútbol español es deficitario", y la situación ha ido a peor.

La crisis económica que está afectando al país también ha tenido consecuencias negativas sobre el ya precario fútbol español, que ha visto como antiguos mecenas, muchos de ellos del mundo de la construcción,  y patrocinadores, les dan la espalda.

Y el futuro que viene no es nada alentador. Sólo Barça y Madrid siguen creciendo, y acaparan la mitad de los recursos del fútbol español: el Real Madrid, con el 25,2%, y el Barcelona, con el 24,1%, suman casi la mitad, muy por delante del Valencia, tercero con el 6,5%, según los datos de la Liga 2010-2011. Y las diferencias deportivas entre los grandes y el resto son abismales, a pesar de la buena temporada del Atlético este año.

Las reglas del juego deberían cambiar para repartir de manera más equitativa el 'maná' del dinero televisivo, una buena fuente de ingresos pero repartida de manera absurda, y que además parece estar en peligro: el espectador, y yo el primero, no quiere pagar lo que se le pide para ver el fútbol. Ni siquiera el fútbol en abierto pasa por su mejor momento: según acabo de leer ante los problemas de viabilidad de MarcaTV, Mediapro ha puesto en venta los derechos del partido en abierto por jornada. ¿Qué cadena se los quedará?

Mientras tanto sigue la cuenta atrás para los clubes en riesgo de quiebra, que deberían descender de categoría si no liquidan sus deudas con jugadores y técnicos. Es muy interesante el artículo que ayer publicaba Expansión sobre este tema. En el mismo, Alonso Latorre, abogado de Roca y Junyent, afirma que "la solución a la crisis del fútbol profesional pasa por una redefinición del modelo que establezca un sistema de supervisión efectivo e inmediato de las finanzas y que garantice que el presupuesto se ajuste a sus ingresos y no descanse en los acreedores, públicos y privados, vayan a ser tolerantes con su deuda".

En 1995 ya vivimos la esperpéntica situación del descenso administrativo de Celta y Sevilla. ¿Volveremos a vivir algo similar?











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