La deuda de los 38 equipos que participaban en Primera y Segunda División la temporada pasada, todos excepto FC Barcelona y Real Madrid, y sus filiales, a julio de 2.012, ascendía a 2.700 millones de euros, informaba la LFP.
Una cantidad elevada, pero que está en retroceso. Y se espera que siga esa tendencia, y que en 2.014 sea de 2.400 millones. Y en 3 ó 4 años, a contar desde ahora, baje por debajo de los 2.000 millones.
Para lograrlo, la primera medida adoptada ha sido vender jugadores, y contratar jugadores baratos o gratuitos y con una ficha baja. Como en el caso del RCD Espanyol, que se ha visto obligado a desprenderse de algunos de sus mejores hombres como Verdú, Wakaso o Forlín.
El conjunto blanquiazul ha logrado 11,5 millones de euros por la venta de jugadores este verano, y se ha reforzado con hasta 9 futbolistas, en los que apenas ha gastado 750.000 euros, y ha apostado por el retorno de Thievy y la subida de Germán al primer equipo.
Y además ha logrado rebajar la masa salarial. De los 21 millones de euros de hace un año a los 17 de la temporada actual, ayudado por la contratación de varios jugadores que apenas cobran 200.000 euros. Y lo ha hecho con éxito, como demuestra su gran inicio de temporada. El dinero no lo es todo, pero ayuda.
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